Contribuciones al proyecto


Esta es una lista de las personas que de alguna forma han contribuido al desarrollo de este proyecto. La lista seguramente estará incompleta. Si alguien se siente excluido que me mande un E-mail. El listado está ordenado alfabéticamente.

Alberto Vegas:

Localización de los principales componentes del prototipo: 68HC11 y DS1225Y. Tarea nada fácil. Quien lo ponga en duda que pregunte a Roberto Alcalde. Menos mal que su querencia por el 8051 le dejó un HC11 en stock...

Carlos Sanjuan:

Asesoría de redes y WEB. Configuración de servidor HTTP. Su sugerencia de incluir un sensor de terremotos ha sido pospuesta hasta disponer de un terremoto de escala 9 para calibrar...

Ciriaco García:

Corrección de un error puntual en el código fuente. Sí, de acuerdo, tengo la mala costumbre de repartir asteriscos a diestro y siniestro en mis programas. Alguno tenía que caer mal...

Emilio Pardo:

Realización del circuito impreso del prototipo. Labor ingrata que a todos nos gusta que nos den hecha aunque nos cueste alguna pequeña agresión física ¡¡¡ Ay, mi brazo !!!

Joaquin Ferrero:

Asesoría WEB y creación de gráficos. Sus empeños por utilizar Java en estas páginas aún no han sido fructíferos. Aún así hay que reconocerle que ha topado con un "integrista del Web" (Nada de Java, ni animaciones ni basura similar). Por otro lado su afición al Java es un defecto menor si lo comparamos con lo que supone presidir un grupo universitario...

Miguel Albillo:

Asesoría de Redes, con importante aportación de código e información. Este es sin duda el principal instigador del proyecto. Es una de esas personas que cuando le comentas un logro en lugar de quedarse con la boca abierta va y te planta tres o cuatro mejoras, que sólo te suponen rehacer todo el código, con una frase como: "Pero si es muy fácil".


También quisiera mencionar al los camareros de la cafetería del Alfonso Octavo. Gracias a su inestimable aportación de servilletas de papel donde garabatear ha sido posible llegar a algo concreto, aunque sin duda sospecharán que nuestra afición por los garabatos está derivada de algún trauma infantil. (Lo de las batallas con bolas de papel que se formaban posteriormente sí debe serlo)